Droga.

Me gustaría poder decirle: «¡Eh tú!, hazme un poco de caso, ¿no?» pero creo que eso sería arrastrarse aún más de lo que ya he estado haciendo. 


La verdad es que no sé qué coño tienes ni por qué estoy así, pero es algo que engancha y me obliga a seguir probándote una y mil veces más.

Tío, eres una puta droga.
Aunque mientras no me haga daño, me gusta.